Facebook Jail ya es historia: El giro de Meta hacia la libre expresión
Meta, el gigante de las redes sociales, ha decidido bajarse del pedestal y dar un giro radical en su política de moderación.
Hoy toca hablar de libertad. Pero no de esa que se menciona en discursos, sino de la que duele, incomoda y a veces escandaliza. Meta, el gigante de las redes sociales, ha decidido bajarse del pedestal y dar un giro radical en su política de moderación.
Adiós a los fact-checkers externos; hola a la voz de la comunidad.
Y no, no es una noticia cualquiera. Es un puñetazo directo a la boca del miedo a hablar.
En los últimos años, Meta se dedicó a meter mano en todo lo que sus usuarios decían. Con buenas intenciones, eso sí. El resultado: más etiquetas de “contenido engañoso” que en una promoción de supermercado y un sinfín de usuarios encerrados en el famoso “Facebook Jail”.
¿El problema? La gente se cansó. Porque, seamos claros, cuando miles de contenidos son eliminados por error o sin razón clara, el sentido de comunidad se va al garete.
Ahora llega un cambio inspirado en X (el artista anteriormente conocido como Twitter). ¿Qué proponen? “Community Notes”. Es como pasar del árbitro severo que pita todo, al “vamos a ver qué opina el público”. Notas y contexto añadidos por los propios usuarios, siempre que representen distintas perspectivas.
¿Funcionará? Eso lo dirá el tiempo. Pero de momento, parece menos dictatorial y más democrático.
Además, Meta ha levantado el pie del acelerador en temas peliagudos como la identidad de género, la inmigración o el cambio climático. Sí, esos que siempre dividen la mesa en Navidad.
La nueva consigna es sencilla: lo que puedes decir en el Congreso, lo puedes decir en tu perfil. Que a veces es lo mismo, pero con más memes.
¿Y los haters? ¿El spam? ¿El contenido que de verdad daña? Aquí no hay margen de maniobra. Meta seguirá aplicando toda la fuerza de su tecnología y sus equipos para combatir lo ilegal y lo verdaderamente tóxico. Terrorismo, explotación infantil, fraudes: fuera. En eso, ni un paso atrás.
Por último, la política. Ese tema que amas u odias, pero que nunca ignoras. Hasta ahora, Facebook había bajado el volumen de todo lo relacionado con elecciones, debates y activismo social.
Pero la gente lo quiere de vuelta, y Meta ha escuchado. Más política para los interesados, menos para los que prefieren seguir viendo vídeos de gatos.
En resumen, Meta ha decidido aflojarse la corbata y volver a sus raíces: ser un espacio donde el mundo entero pueda hablar, incluso cuando no siempre nos guste lo que oímos.
Porque la libertad de expresión no es un buffet donde eliges lo que te gusta; es un todo o nada. Y si eso no es revolucionario, no sé qué lo es.
Ponte cómodo, porque la arena de las redes está lista para una buena pelea. ¿Te atreves a entrar?
Hasta el próximo post
Pablo