Jessica, una amiga con quien compartíamos mates y conversaciones hasta altas horas de la madrugada, entre libros de Galeano y Benedetti me dijo un día, ya hace más de 20 años: ¿Pablo te das cuenta que no me escuchas y no me dejas hablar?
Tenía razón, lo único que hacía era esperar un vacío para hablar. Pasaron los años y fui aprendiendo a escuchar. Un día me encontré con alguien que hacía lo que yo hacía con 17 años y no lo soporté ni 10 minutos. Me acordé de Jessica.
No solo es insoportable sino que es peor que hablar con una pared. Por lo menos la pared no te interrumpe cada 15 segundos con puntos de vista que permanentemente quieren corregirte o deslumbrarte con su sabiduría.
Resulta que escuchar es una de las armas clave en ventas. Es más, es el top arma clave.
Los top vendedores te enseñan que preguntas y escuchas. No interrumpes. Solo preguntas y guías, pero escuchas.
Lo cierto es que no solo en ventas sino que en todos los ámbitos de la vida.
Dale Carnegie escribió un libro que se llama “Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas” la versión original es hasta el día de hoy uno de los mejores libros que he leído y que me ha enseñado más que cientos de horas viendo vídeos u otra decenas de libros.
Tienen todo un capítulo dedicado al arte de escuchar, pero como el libro ya te lo estoy recomendando mejor te dejo un par de consejos puntuales para que no seas un “insportable” cómo yo lo era con 17 años.
Entonces, ¿cómo podemos ser mejores oyentes?
Aquí tienes 10 consejos prácticos que puedes empezar a aplicar desde ya:
Elimina distracciones.
Apaga el móvil, aleja el portátil, olvídate de ese correo que tienes pendiente. Dale a la persona que tienes enfrente el regalo de tu atención completa.Presta atención al contenido.
Fíjate en las palabras que eligen. Cada palabra, cada frase tiene un propósito. Descifra qué es lo que realmente están tratando de decir.Entiende el contexto.
¿De qué historias o situaciones hablan? ¿Qué patrones o temas recurrentes puedes identificar? Todo contexto importa.Escucha el tono.
El tono de voz puede revelar tanto como las palabras. ¿Está emocionado? ¿Preocupado? ¿Dudoso? Lee entre líneas.Detecta emociones.
Las palabras pueden mentir, pero las emociones rara vez lo hacen. Conecta con lo que sienten y refleja esa empatía.Observa el lenguaje corporal.
Un cruce de brazos, una sonrisa forzada, una mirada hacia otro lado… Todo eso te da pistas de lo que realmente está pasando.Valida con pequeñas señales.
Un "entiendo", "claro", "sí" en el momento adecuado puede hacer que la otra persona se sienta escuchada sin interrumpir su flujo.Haz preguntas abiertas.
No hay nada más poderoso que una buena pregunta. Invita a la otra persona a que se exprese más: "¿Cómo te hizo sentir eso?" o "¿Qué ocurrió después?"Si necesitas claridad, usa preguntas cerradas.
Cuando algo no quede claro, preguntas concretas que se respondan con un "sí" o "no" pueden ayudarte a entender mejor.Reconoce y celebra sus logros.
En lugar de un genérico "bien hecho", reconoce específicamente lo que han conseguido: "Debe sentirse genial haber logrado eso con tanto esfuerzo."
Escuchar no es simplemente un acto pasivo. Es una habilidad que, cuando se perfecciona, puede cambiar vidas—la de la persona que escucha y la del que es escuchado.
Así que en la próxima conversación que tengas paras un momento y te preguntas: ¿Estoy realmente aquí, escuchando, o solo estoy esperando mi turno para hablar?
Hasta la próxima
Pablo
Post sin IA
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