Cómo enfrentar un mundo VUCA,BANI. ¿Y si fuéramos ese cerrajero?
Luego del evento de las Torres Gemelas en EEUU se comenzó a manejar el acrónimo en inglés VUCA.
Quiere decir que vivimos en un entorno, volátil, incierto, complejo y ambiguo.
En los últimos años, por esas cosas que a los marketeros les encanta seguir inventando acrónimos se empezó a hablar del entorno BANI. Un entorno quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible.
Entonces, como hacemos para vivir nuestras vidas en un entorno volátil, incierto, complejo, ambiguo, quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible.
Antes de que diga la frase célebre de Mafalda “paren el mundo que me quiero bajar”. Necesito poner un par de cosas en contexto.
Hay estudiosos como el profesor Steve Pinker que muestran con datos que eso que decimos “el pasado fue mejor” no fue tan así.
Empezando desde la esperanza de vida, pasando por las guerras, pestes, y tantos tantos argumentos basados en datos.
Y como dice un amigo….
Dato mata relato.
Podemos estar de acuerdo o no, pero el mundo que tenemos es el mundo en el que vivimos. De pronto los últimos años empezamos a volar sin saber como manejar el avión en el que estamos, tecnología, internet, inteligencia artificial, asistentes inteligentes.
Personalmente no tengo una respuesta o una propuesta práctica que pueda servirte, lo siento, pero todo esto me hizo recordar un cuento sufí que leí hace años y me pregunto si no somos ese cerrajero, acá te lo dejo:
Cuento de la tradición Sufí:
Había una vez un cerrajero al que acusaron injustamente de unos delitos y lo condenaron a vivir en una prisión oscura y profunda. Cuando llevaba allí algún tiempo, su mujer, que lo quería muchísimo se presentó al rey y le suplicó que le permitiera por lo menos llevarle una alfombra su marido para que pudiera cumplir con sus postraciones cada día. El rey consideró justa esa petición y dio permiso a la mujer para llevarle una alfombra para la oración. El prisionero agradeció la alfombra a su mujer y cada día hacía fielmente sus postraciones sobre ella.
Después de años de hacer sus postraciones y de orar para salir de la prisión, de repente vio lo que tenía justo bajo las narices. Su mujer había tejido en la alfombra el dibujo de la cerradura que lo mantenía prisionero. Cuando se dio cuenta de esto y comprendió que ya tenía en su poder toda la información que necesitaba para escapar, comenzó a hacerse amigo de sus guardias. Y los convenció de que todos vivirían mucho mejor si lo ayudaban y escapaban juntos de la prisión. Ellos estuvieron de acuerdo, puesto que aunque eran guardias comprendían que también estaban prisioneros. También deseaban escapar pero no tenían los medios para hacerlo.
Así pues, el cerrajero y sus guardias decidieron el siguiente plan: ellos le llevarían piezas de metal y él haría cosas útiles con ellas para venderlas en el mercado. Juntos amasarían recursos para la huida y del trozo de metal más fuerte que pudieran adquirir el cerrajero haría una llave.
Una noche, cuando ya estaba todo preparado, el cerrajero y sus guardias abrieron la cerradura de la puerta de la prisión y escaparon. Dejó en la prisión la alfombra para orar, para que cualquier otro prisionero que fuera lo suficientemente listo para interpretar el dibujo de la alfombra también pudiera escapar.
Hasta el próximo post
Pablo